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Los Derechos de Autor y el Copyright, y el Caso Sergio Mayer.

Azendo Marketing
16 oct 2018
2 Min. de lectura

Los derechos de autor y el copyright son dos cosas distintas. En primer lugar, los derechos de autor son una protección legal que permite regular la replicación, el uso y la venta de las propiedades intelectuales, entendiendo por propiedad intelectual a todo tipo de producción inteligible, por ejemplo: obras artísticas, logotipos comerciales, nombres, fotografías o imágenes. El copyright, por otro lado, es únicamente el derecho a reproducir una obra, sea esta un libro, una revista o un artículo de periódico (con lo que no protege directamente la autoría o la integridad de una obra como lo hacen los derechos de autor).

Ambos términos, derechos de autor y copyright, van de la mano. Juntos permiten que la producción de los autores no se desvanezca hasta perderse en un mundo infinito de textos, y, sobre todo, que los autores puedan subsistir en el medio, dando continuidad, de esta forma, a la creación intelectual. De ahí, la importancia de conocer la legislación, así como los métodos de citado, para evitar el plagio o la reproducción "pirata", en la cual, sin la autorización pertinente de los autores, las obras se repliquen para venderse o compartirse masivamente sin la retribución a la que su creador tiene derecho.

Tal caso sucedió con Sergio Mayer, diputado por el partido Morena, quien compartió links de descarga de libros en su Twitter. Cuando el público se dio cuenta de que esos links llevaban a páginas de descarga apócrifa, no oficial, de obras literarias, las críticas negativas hacia su persona y los memes sobre el tema comenzaron a abundar en las redes sociales. Semejante ejemplo sólo nos invita a tener cuidado con los sitios de internet que visitamos y que compartimos. No todos ellos tienen las licencias, y, de igual manera, no todos tienen contenido de dominio público. En el mercado intelectual, es mejor tener consciencia de las autorías que terminar en la vergonzosa situación del diputado Mayer, o peor aún, sufrir consecuencias legales.